Familia Ramos Calderón

Familia Ramos Calderón
Hijos Colombo-Ecuatorianos

miércoles, 2 de enero de 2013

Unas niñas venidas del extranjero


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 Me remonto ahora a un dia lejano de 1997 estando en San José del Guaviare, linda capital del departamento del Guaviare, aún mis bellas niñas que voy paso a paso a describir en este blog eran niñas en su esplendor hermoso de una naciente adolescencia. La mayor de nombre "Gotica de Mar" y la menor "Mi granito de Arena" estuvieron estudiando durante unos meses en una de las instituciones educativas de esta ciudad, para regocijo mio fueron muy activas y muy buenas estudiantes con sobresalientes calificaciones en sus niveles académicos respectivos, aún niñas y con un futuro esplendoroso, un día infortunado vino la madre de ellas y con documento en mano me fue a inquirir que se las iba a llevar al viejo continente a continuar estudios y a llevar una "mejor vida" mis niñas tambien me dijeron que querían conocer España la madre patria de nuestros abuelos, firme ante notaría de la ciudad la autorización para su ida al pais ibérico casi con lágrimas en mis ojos pensando cuando volvería a ver a mis tiernas hijas... en fín la decisión estaba tomada, se ausentaron de Colombia en un mes de Marzo de 1998. 

Pasaron los años muy poca comunicación de cuando en cuando nos comunicábamos por Facebook y miraba algunas fotos de mis hijas como crecian decía para mis adentros, están bellas su cabello negro enorme, sus rostros bellos como el color de las flores en el inicio de los días de invierno, lindas y lejanas, el destino me les depare largos años de felicidad y alegría sin par, el tiempo pasaba mu rápido, ya mi cabello empezaba a entrecanarse mientras yo envejecía las niñas se iban haciendo mujeres mas y mas hermosas cada día, No sabía que con el tiempo y sin comunicación se iba perdiendo no la autoridad como padre pero si se iba perdiendo la confianza y el conocimiento de la vida y la cotidianidad de la misma de las personas, esa es la realidad, una realidad que no se puede remediar en la distancia.

Llego la Navidad del año 2012 que alegría al saber que mis 2 niñas ya se habían convertido en mujeres muy hermosas aún jovenes pero ya habían desafiado el mundo cultural europeo y habían trabajado con un salario paupérrimo por ser latinas y mano de obra latina pero no continuaron estudios por ser latinas con pasaporte español pero sin visa en Alemania y Portugal, pero bueno aprendieron portugués y alemán y habian vivido y hecho parte de una sociedad discriminadora de los latinos y de su cultura, ahora y soy felíz de estar con ellas y siento que Dios escuchó mis oraciones y espero tenerlas para siempre conmigo y apoyarlas para que sigan sus estudios y un provecto de vida que les ayude a ser útiles a la sociedad y a sus familias. Bienvenidas mis 2 niñas a su primer hogar. Bienvenido 2013   

domingo, 11 de septiembre de 2011

comunicarte: Un hombre del Valle de Atriz

comunicarte: Un hombre del Valle de Atriz: Que la visión de un niño permita la ansiedad del hombre... lo demás es pura historia... En los oficios manuscritos de un sacerdote jesuita...

martes, 7 de diciembre de 2010

Un hombre del Valle de Atriz

Que la visión de un niño permita la ansiedad del hombre... lo demás es pura historia...

En los oficios manuscritos de un sacerdote jesuita español quien por los años 49 era el gran jerarca eclesiástico de la iglesia de San Juan Bautista de la región sureña de San Juan de Pasto, capital del departamento de Nariño, lugar fronterizo de nuestra hermana tierra ecuatoriana, aparecen los datos biográficos de un niño bautizado el dia 30 de Octubre de 1949 y nacido en la casa de habitación del Barrio Obrero de esta linda y fria ciudad pastense cuya nomenclatura aparece con la carrera 25 # 5-18 el dia 08 de Junio de 1949 a las 13 horas y 17 minutos. Sus padres fueron el Maestro Sastre ecuatoriano don Cristóbal Ignacio Ramos Freyre de quien hablaré más adelante y la hidalga matrona Enma Judith Calderón Hidalgo vástago del ilustre hombre de letras vilmente asesinado don Thomás Hidalgo Lara ( le dedicaré un capítulo aparte a este bisabuelo mio), el nacimiento de este niño, fué según decires de mi madre y de mis otros hermanos mayores la dicha de mi padre y el regocijo de mi madre.
El nombre de pila de este niño tal y como aparece en estos registros eclesiásticos es Omar Anibal Ramos Calderón cuyos abuelos maternos son: Zoila Hidalgo Guerra y Lorenzo Calderón (abuelito que nunca tuve la fortuna de conocerlo vivo), mis abuelos paternos fueron Dionisia Freyre y Nachito Ramos (tampoco tuve la fortuna de conocerlo vivo, pero se muchas historias de él comentadas por mi padre), narraré muchas historias de mis abuelos más adelante.
El muchachito de entonces fue creciendo con el amor de su madre; su cabello era casi rubio y ondulado, lloraba mucho por todo lo que pasaba, un lloriqueo por que su padre no le daba un beso al llegar de su trabajo, otro lloriqueo por que su hermano mayor de nombre Nélson y a quien cariñosamente le llamábamos Negrito le quitaba el pocillo de leche que su madre le llevaba aún espumeando de la frescura del ordeño; otro lloriqueo aún mas espantoso por que el niñito Samuel (1) se caia de su cuna y creo que empezaba a reir cuando por todos estos lloriqueos su madre regañaba a las demás personas que me rodeaban y me llenaba de mieles y caricias.
(1) El nombre Samuel se lo debí a mi padre quien por ser pastor de iglesia protestante (Luterana) me lo colocó en homenaje al profeta Samuel del Antiguo Testamento Bíblico.
Pasaban los años y ese niño iba creciendo, su cabellera crecía rapidamente y los crespos se iban haciendo cada vez más oscuros de lo rubios que nacieron, ya el niño Samuel caminaba y con sus pantaloncitos de marinero que su madre y su hermanita Judith le cocían de color azul y blanco con tirantas, bajaba de la segunda planta de su casa gateando por los 32 escalones de gradas que había con un solo descanso pero que solía bajar y subir muy orondo y muy seguro. Las rodillas se me pelaban por estos gateos del sube y baja de las gradas, era unicamente para esperar a mi madre y a mis hermanitas que desde tempranas horas de la mañana iban a ordeñar 2 vaquitas que mis padres tenían en una pequeña finca que distaba unos 18 kilómetros de ida y regreso de mi casa paterna.  El niñito Samuel para ese entonces mantenía  su dedo indice derecho dentro de su boquita chupando hasta ver que su madre y sus hermanas llegaban con su tazón de leche... esa era una felicidad muy grande para mi ver llegar a mi madre con la leche para su hijo predilecto.
La familia Ramos Calderón estaba conformada por los dos padres Cristóbal y Judith y 10 vástagos que en orden de mayor a menor son: Elvia René Colombia soltera aún y hoy por hoy mi segunda madre, Elsa Ruth casada con Vicente Moncayo Sáenz y de cuya unión existen 10 hijos, 11 nietos y 5 bisnietos; Gerson Thomás escritor prolífico autor de traducciones de las obras de mi bisabuelo Thomás Hidalgo Lara (políglota, visionario e  historiador nariñense, traductor de las obras de Homero), haré una narración específica sobre este mi hermano Gerson; Fanny madre y abuela, viuda de un veterano de la guerra de Corea quien dejó 10 hijos hoy todos profesionales en varias áreas; Judicita, madre actualmente separada de su esposo desde hace 18 años quien desde su separación fué madre y padre de sus 5 hijos hoy 3 de ellos dedicados a la docencia oficial, tambien le dedicaré un espacio especial por cuanto mis recuerdoa hacia ella son vivos puesto que me dejaron una marca indeleble en mi mente y corazón de su filantropía y humildad hacia sus congéneres; Marina Esther, exmonja carmelita quien por los sinos de la vida abandonó su vida monástica y se casó con un malvado exsuboficial de la policía nacional colombiana quie murio asesinado por un arrendatario dejando a dos bebés tiernas de 4 y 3 años respectivamente, hoy profesionales médicas al servicio oficial, también dedicaré apartes especiales sobre estas dos sobrinas; Edgard Cristóbal, excoronel del ejército colombiano, hombre sobrio y orgulloso de su don militar, padre, esposo, hijo y hermano ejemplar, con bellas cualidades de hombre honrado, temeroso de Dios y seguidor fiel de las Leyes Colombiana, padre de 4 hijos todos profesionales, dedicaré una pagina especial tambien de él; Nélson David, hermano el más querido mio, compañero desde mi infancia y persona a quien seguía sus ejemplos de vida como luchador y trabajador incansable, abandonado por la suerte desde muy joven, hombre hecho a pulso, Administrador de Empresas no obtuvo su título en la U. de Cartagena por razones económicas, murio aún siendo relativamente jóven de 43 años en un accidente dudoso dentro de un edificio de 18 pisos al norte de Bogotá, a él le dedico este texto biográfico por que fué mi amigo de siempre y aún despues de tantos años de muerto me hace tanta falta que siempre está conmigo en mis alegrías y tristezas... los recuerdos que tengo de él nunca mueren y está vivo aún para recordarlo. Soy ahora el que sigue, soy el noveno de 10 hijos, aún me encuentro en estas letras en mi infancia, aún mi nombre sigue siendo Samuel y para mi familia sigo siendo Samuelito. La última o sea la cuba de esta familia primera es Loes Guisela, todos la llamamos Guiselita, Jefe de enfermeras ya pensionada por las FFMM. casada con Luis Orlando Acosta y de quien tiene 2 hijos varones actualmente estudiantes de carreras profesionales en la ciudad de Bogotá.

SAMUEL A LOS 7 AÑOS:

El pequeño Samuelito como cariñosamente le llamaban en casa iba creciendo en edad, estatura y pensamientos; era casi que la "mascota" de sus hermanitos mayores Edgard y Nélson el negrito, ya iniciába sus primeros años escolares para los cuales mi padre Cristóbal nos había matriculado a los tres hermanos en la Escuela Berea (escuela evangélica luterana), cuyos directores eran doña Catalina Mórgan médica sin título profesional oriunda de uno de los estados de la EEUU de Norteamérica y un alemán que ahora he creido que fue del ejército nazi de Hitler oculto en esa linda y fria ciudad de los Andes Nariñenses mi ciudad natal de San Juan de Pasto, su nombre era Enrique Kaiser, personaje siniestro, alto y muy colorado, permanecía siempre sembrando flores y recogiendo frutas de la gran finca donde vivía con sus jornaleros y unos grandes perros doberman. La escuelita distaba unos 20 kilómetros de nuestra casa en una finca enorme, lugar de verdes prados y lomas onduladas sembradas de eucaliptos y olorosos prados, con mi hermano Nélson un amigo de nombre Lester Narváez y yo una vez que salíamos de nuestra escuelita en horas de la tarde 4pm con una tabla cada uno de 50 cms. nos deslizábamos por los montículos llenos de alegría y con nuestros cuadernos dentro del carriel que nunca abandonábamos, ese era nuestro cotidiano ir y venir desde nuestro hogar hasta nuestra escuelita. Era mi primer año escolar mis compañeritos del salon eran hijos tambien de padres protestantes en total me recuerdo de unos 6 de los cuales hablaré de 2 de ellos mas adelante; una niña de nombre Flor Arcos hija de un "hermano" (les llamábamos a todos los evangélicos hermanos) que era invidente y tocaba muy bien la guitarra entonando canciones cristianas; y Catalina Narváez hermana menor de Lester contemporánea mia.
Nuestra primera maestra fue la señorita Helena hija de doña Catalina Morgan, Helena era casada con otro gringo de nombre Jaime Tillman persona esta que no permitía que a su esposa le dijéramos señora o maestra sino señorita Helena. Esta señorita Helena era lo mas linda tanto de rostro como de su carácter, una simpatía y un amor que nos tenía a todos sus alumnos por cuanto creo era estéril, nos enseñaba la biblia, matemáticas y lectura y escritura, era colombiana hablaba el español y el ingles muy bien. Recuerdo mucho y se me hace como si fuera ayer cuando con mi hermano el Negrito, Lester y yo ibamos a la casa de la señorita Helena y sin que nos viera desde el portón de afuera de su casa le gritábamos en coro las palabras: "señorita Helena nosotros la queremos", dicho esto salíamos corriendo despavoridos a nuestras casas.  
Mi hermano Edgar me llevaba 5 años por delante y obviamente sus amigos y compañeros de estudios eran otros y el salía de casa con Nelson y yo y la orden de papá Cristóbal era cuidar de sus dos hermanitos. Edgard era fiel en esto y siempre iba y volvía con nosotros, pero dentro de la Escuela el se nos perdía y sus descansos no la pasaba con nosotros Edgar ya tenía enamorada y se llamaba Victoria Guerrero muchacha campesinita de plata y muy hermosa eran noviasgos sanos y a escondidas, creo que nunca tuvieron algo genital unicamente besitos inocentes. En época de vacaciones Edgard solía pasar en una de las fincas de los papás de Victoria su enamorada.
Los 5 años que permanecí en esta mi primera escuelita debo decirlo aprendí a leer muy bien, a escribir con muy buena ortografía y con muy buena caligrafía, nuestra maestra Helena era una perfecta maestra en estas lides de la enseñanza...y que maestra...
Transcurría el año 1957 ya había cumplido mi séptimo año de vida, mis compañeritos eran casi los mismos, ya podíamos escribírles cartas a nuestros padres y a nuestras profesoras; conocía mucho de la bíblia, me sabía de memoria textos y versículos bíblicos, sabía con mucha precisión encontrar un libro bíblico con rapidéz inaudita, recitaba versiculos bíblicos de memoria, en fín conocía mucho de los libros del antiguo y del nuevo testamento y esto hizo de mi un estudiante preferido de mis profesoras gringas. Mi  segunda profesora fue otra señorita soltera, de origen ingles, hablaba poco español pero nos enseñaba canto e inglés, su nombre era Evelina no recuerdo su apellido, mujer solterona, evangélica; manejaba muy bien las relaciones humanas, siempre mantuvo una sonrisa a flor de piel, su tez rosada y muy blanca, su figura delgada y alta; su vestimenta siempre era de lana fina y seda extranjera, tenía unos anteojos muy gruesos y su voz era casi angelical, cantaba  himnos cristianos muy bellos, tenía un himnario de cantos en inglés muy hermoso, himnos que hasta hoy tarareo en mis ratos de soslayo mañanero y de los cuales aún me transportan a esas épocas lindas de mi infancia. La señorita Evelina vivia en una casa muy elegante en un barrio popular de Pasto llamado La Calle Angosta hoy ya no existe con ese nombre, en época de navidad siempre a todos sus alumnos nos invitaba a una fiestica infantil y nos colmaba de regalos y mimos. Tengo un grato recuerdo de mi profesora y lo poco o mucho que se de canto e inglés se lo debo a ella. 
Como mi padre Cristóbal era uno de los pastores de la iglesia evangélica junto con doña Catalina Morgan directora y dueña de la enorme casa donde se llevaban a cabo los cultos evangélicos los días  martes, jueves, viernes y domingos, el hermano Francisco Zorrilla y el hermano Clímaco Narváez entre otros, eran infaltables a sus sermones nocturnos y sus cenas de pan y vino los días domingo, dia especial por cuanto cantábamos los numerosos himnos religiosos, había confraternidad de los hermanos cristianos ya bautizados donde leian y reflexionaban mucho sobre la teología biblica, se confesaban sus "pecados" públicamente entre los hermanos bautizados y posterior a esto cenaban con pan y vino; la llamada escuela dominical para nosotros los niños tenia un tinte espectacular y bonito y era especial por cuanto nos alejaba momentaneamente de los largos y aburridos sermones bíblicos que mi padre predicaba con mucha sapiencia y oratoria pastoril; sermones estos que eran preparados ritualmente los días anteriores al día de reposo según los protestantes luteranos. Recuerdo constántemente los grandes pelizcos que mi padre me daba en el ovillo de mis orejas cuando yo me quedaba dormido en una de esas fastidiosas noches que me obligaba a ir a escuchar los sermones de los días entre semana, ese era casi un ritual que mi padre hacía al llevarnos a los cultos nocturnos todos  las noches  de la semana que habían esas prédicas cristianas, esto lo hizo con todos los hijos hombres y mujeres hasta la edad en que cada hijo o hija se separaba de la casa paterna.

SAMUEL LLEGO A LOS 8 AÑOS:

MI BAUTIZO CATÓLICO: Una vez que salí de mi primera escuelita llamada no se porqué Escuela Evangélica Berea, mi madre Judith una bella matrona nariñense, vástago del ilustre hombre de letras Don THOMAS HIDALGO LARA (dedicaré un capitulo especial a este ilustre hombre), quizo matricularme en una Institución Educativa privada, dirigida por pedagógos idóneos y auspiciada por los veteranos de guerra de Korea llamado Instituto Pedagógico Militar de Pasto instituto en el cual permanecí como su alumno hasta obtener mi diploma como MAESTRO SUPERIOR a la edad de 17 años . Uno de los principales requisitos para aceptarme y matricularme era tener el Registro de Nacimiento el cual aún no lo tenía, mi madre entonces a escondidas de mi padre me llevó a la Iglesia de San Juan Bautista de padres Jesuitas y me hizo bautizar a los 8 años con el nombre de Omar Aníbal Ramos Calderón, mi nombre Samuel feneció para todos los asuntos oficiales y de estudio; mis padres, mis hermanos y hermanas y mis amiguitos primeros me seguían llamando Samuel.
Sentía una leve sensación de pérdida de mi persona, de mi yo interior; casi no entendía el porqué del cambio de mi nombre si ya estaba acostumbrado a escuchar mi nombre Samuel o Samuelito o Milito como cariñosamente me llamaban mis hermanas mujeres Judicita y Marina por todos los lugares donde yo me encontraba, mi madre Judith subía al balcón de la casa y me gritaba tiernamente mi nombre mientras yo jugaba en mis ratos libres bolas al neto (2) con mis compañeritos del barrio. Una vez dentro del Colegio los profesores decían mi nombre nuevo y yo tardaba para responderles por cuanto aún no asimilaba en mi conciencia ese brusco cambio de nombre, cursaba el grado 5o de básica primaria y era el mas pequeño en edad y estatura que muchos de mis compañeros del aula.
Recuerdo a la profesora Josefina una señorita por demás alta con una voz fuerte y gruesa que nos enseñaba música, siempre que llegaba a su clase todos nos poníamos de pie y en coro le deciamos: buenos días si nos tocaba clase en la mañana o buenas tardes si era en horas de la tarde profesora Josefina y con una regla de 25 centímetros empezaba a enseñarnos como entonar la canción "Lunita Consentida", bella canción colombiana que la canto muchas veces cuando estoy bañandome en la ducha de mi casa. Fue esta maestra una de las pioneras en todas las instituciones educativas de ese entonces en la fría y esbelta ciudad de Pasto que conformó las tunas estudiantiles de música colombiana en las cuales yo tuve la fortuna y el orgullo de haber hecho parte de una de ellas. Otro de mis profesores de 5o fue el profesor Constantino Guerrero; hombre conocedor de la Historia Patria Colombiana y Universal y de la Geografía Universal; muy versado historiador nariñense, escritor de varias obras históricas las cuales  reposan en la biblioteca de la Casa de la Cultura Nariñense, en sus 60 o más años que en aquella época debio tener tenía su forma típica de evaluar nuestros conocimientos llamaba a cualquier estudiante por su nombre para que salga al tablero y explique en forma narrativa la clase  anterior, y el profesor se sentaba a escuchar cualquier cosa que nos inventemos el todo era que habláramos para quedarse dormido, cuando sonaba la campana recogía los cuadernos se los llevaba a la casa y al otro día nos los entregaba con un número en el final de lo escrito, esa numeración era 1-2-3-4-5 respectivamente; si al finalizar el periodo lectivo de clase en nuestros cuadernos aparecían todos los 5 números la calificación de ese periodo era cinco; el número que aparecía al final del cuaderno era la nota del periodo; todos los estudiantes siempre sacábamos 5 de nota final, para todos ese era nuestro mejor profesor por las notas. Mi grado 5o lo pasé con muy buenas notas especialmente en Música, Gramática, Caligrafía, Ortografía, Historia, Geografía, Cívica y Urbanidad, fuí mal estudiante en el área de Matemática y Educación Física. Obtuve mi primer Diploma de Honor por ser el mejor alumno en Caligrafía, gracias a mi querida profesora Helena Morgan.